Nací en Málaga el 2 de marzo de 1991. Siempre me ha gustado la música y sobre todo, cantar. Con 5 años me sabía todas las canciones de la serie de televisión "El fantasma de la ópera" que veía una y otra vez. Sigue siendo mi obra favorita, tanto que cuando fui a París conseguí sentarme en el palco número 5, el del fantasma.


sábado, 16 de agosto de 2008

Curriculum



Con 6 años entra a formar parte de la Escolanía Santa María de la Victoria, bajo la dirección de D. Manuel Gámez López y D. Narciso Pérez del Campo, con la que interpreta diferentes piezas corales: sacras, Cantata de Navidad (A. Honeger) y profanas, Carmina Burana (C. Orf); óperas: Carmen (G. Bizet), Turandot (G. Puccini); zarzuelas (La Dolores, Agua, azucarillos y aguardientes), etc. Siendo solista en varios Conciertos de Navidad. En diciembre de 2001, en compañía de 4 escolanos, ganan el primer premio del concurso de villancicos celebrado en el C. P. M. “Manuel Carra”. En octubre de ese mismo año participa en la grabación de “Turandot” con la Orquesta Filarmónica de Málaga y en 2003, en la grabación del disco “Deja que suene”, con la Orquesta de Cámara “Ciudad de Málaga”.

En septiembre de 2005 pasa a formar parte de la Coral Santa María de la Victoria, bajo la dirección de D. Manuel Gámez López (maestro de capilla de la SICB de Málaga), en la que continúa.

Inicia estudios musicales en 1999 en el Conservatorio de Málaga en la especialidad de violín, del que ha cursado hasta 4º de Grado Medio. En 2006 comienza los estudios de canto con el tenor Pedro Barrientos en el Conservatorio de dicha ciudad, con el que continúa en la actualidad.

Ha realizado dos cursos de Canto Gregoriano con los monjes benedictinos de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos durante los cuales recibió clases individuales del tenor Ricardo Visus.

Durante el mes de Agosto de 2008 realizará en Málaga un curso de canto bajo la dirección de Álvaro Ramírez, Director artístico de la Compañía de Ópera de Chicago.

Tiene montadas, estre otras, las siguientes obras:

- Selve amiche, (“La costanza in amor vince l’inganno”) de A. CALDARA
- Quella fiamma che m’accende, de B. MARCELLO
- Se tu m’ami, de G. B. PERGOLESI
- Stizzoso, mio stizzoso, (“La selva Padrona”) de G. B. PERGOLESI
- Piacer d’amor, de J. P. MARTINI
- La rosa y el sauce, de C. GUSTAVINO
- Tirana del Trípili, de B. SERNA
- Ombra mai fu (“Serse”), de G. F. Haëndel
- Tango de la Menegilda (“La Gran Vía”), de F. CHUECA
- Canción del Arlequín (“La Generala”), de A. VIVES
- O del mio dolce ardor, de W. GLUCK
- Giunse al fin il momento (“Las bodas de Figaro”), de W. A. MOZART
- Batti, batti, oh bel Massetto (“Don Giovanni”), de W. A. MOZART
- La tarantula, (“La Tempranica”), de G. GIMÉNEZ
- Ave María de SCHUBERT

miércoles, 30 de julio de 2008

Mi Málaga





Mirando al mar se acerca, y con el cabello movido por la brisa a lo lejos ve las luces del barco donde bogaría su corazón roto. Málaga a sus espaldas y tanto mundo por recorrer, es su oportunidad, puede irse con él…pero él sabe que no lo va a hacer.

A la luz de la tarde los niños juegan en la arena y a la orilla del mar junto a sus familias sin saber que pertenecen a esa tierra; allí se crió y allí morirá.

Una mano acaricia su hombro; sólo una pregunta resuena en su mente como un grito en las Cuevas de Nerja: “¿Por qué?” y sólo una posible explicación: “Yo soy ella, y ella soy yo”

Sin mirarla sabe que llora y aunque lo haga en silencio las lágrimas resbalan por sus mejillas y enfrían su piel, pero nunca su corazón. Sus vidas se tornan difíciles, han crecido, ya no son niños que juegan en los columpios del parque, que saltan las rocas de las calitas de Pedregalejo o que compran helados en la Calle Larios; no, ya no.

Aquí se separan y no saben si se volverán a encontrar. Caminan desde el Picasso hasta la Malagueta en silencio, viendo a gente correr o patinar, chavales haciendo carreras en bicicleta o bebes en sus carritos paseando con sus padres, personas felices que en sus venas llevan la sangre malagueña, la de la Feria de Agosto, la de la Virgen de la Victoria, la del Cristo de los gitanos, la de la playa y la montaña, en definitiva personas con la vida tranquila y dinámica que existe en Málaga.

Llegan al puerto, él se va, quizá nunca vuelvan a verse, quizá sus corazones los guíen a encontrarse. Saca dos billetes, compró dos, sí, uno para ella y otro para él, aunque en el fondo sabe que nunca llegará a utilizarlo. Se lo entrega con su corazón, y ella, con un billete hacia una vida distinta con su amor en una mano y en la otra el corazón, le ve marchar.

De repente el tiempo comienza a cambiar, todo es distinto, su pelo vuela con la brisa que llega fría del mar, pero que nunca llegó a hacerle daño. Al pasar junto a ella la empujaba para que comenzara a caminar, como si quisiera conducirla a algún lugar, las hojas de los árboles caían y volaban en dirección al mar para posarse en cierto país muy lejos de allí; Málaga le estaba hablando.

Algo rozó su mano. Un niño pequeño de tan solo tres o cuatro años que le hizo sólo una pregunta: “¿Por qué?”

La madre llegó asustada y pidiendo disculpas se llevó a su pequeño, pero al darse la vuelta vio en la mirada de ese niño lo que estaba buscando, la verdadera respuesta: “Yo soy ella, y ella soy yo, y por muy lejos que esté siempre será así” y luego sólo sintió su corazón latiendo con más fuerza y un beso de amor.

Quién sabe hace cuántos años en un periódico malagueño salía un artículo con la foto de los ojos de un niño y una historia de amor, o quizá dos, la del alma y la del corazón.

Cristina L. Risueño